Cuando comenzó el mes prometí que no habría análisis de REZ, principalmente porque ya hice uno, pero también prometí que hablaría de juegos que están relaccionados con la obra lisérgica de Mizuguchi. Pues hoy es el día adecuado para hablar del primer juego que yo considero emparentado con REZ. No quiero decir que el juego fuese copiado, que inspirara al jefe de UGA o que haya alguna oscura razón en la que si lees de lado el nombre del juego en noches de luna llena coincida la primera letra de los hijos de los grafistas de los juegos. No, lo único que digo es que estos juegos están de alguna manera en sintonia con algún aspecto de REZ. Hoy le toca a uno de los más claros: Wipeout
Ficha técnica
Desarrollador: Psygnosis
Plataforma: PSX, PC-DOS, Saturn
Género: Carreras
Formato: No lo tengo, tan solo poseo el Wipeout 2097 de PC.
¿De qué va?
Wipeout va de marketing. Sí, bueno, también va de carreras de naves futuristas y ultraveloces, pero la verdadera razón por la que este juego ocupa un lugar en la historia es por el uso que hizo de él SCEE para convertir un cacho de plástico gris en el aparato de moda a finales de los 90. Diseño, velocidad, dinero, y posiblemente también drogas y sexo, son los ingredientes principales del punto que marcó el paso de las consolas de la pubertad a la adolescencia.
El comentario
Una duda que he tenido durante mucho tiempo es si Wipeout fue algo premeditado o de golpe y porrazo SCEE se encontró con una especie de regalo del cielo entre sus manos. Por un lado tenemos a Psygnosis, un clásico europeo de los videojuegos que tan solo por Shadow of the Beast ya merece respeto absoluto. En otra esquina aparece The Designers Republic, una panda de diseñadores en lo más alto de su carrera. ¿Diseñadores de qué? Pues de portadas para grupos de música techno, la tercera pata de Wipeout. Y para cerrar el cuadrado mágico un público que ha crecido con las 16 bits, que está flipando con la música electrónica, que sufre el hype de la realidad virtual y que posiblemente esten aumentando el PIB de Holanda gracias a la exportación masiva de estupefacientes. Agítese, inviertase en publicidad y sirvase en los clubs más exclusivos de UK. Empieza la era de la PSX como objeto de culto.
Evidentemente esta etapa de los «first adopters» suele ser corta pero intensa, dejando una impronta que luego llega diluida y comercializada para el resto de la población, pero en esos momentos mágicos de éxito es donde aparece la conexión REZ del asunto. Wipeout y REZ comparten el ser juegos clásicos envueltos en un paquete techno y cool con la múscia y la imagen cobrando tanta importancia como el juego en si. Son juegos que unen en vez de diferenciar. En ambos sonido, imagen y juego fluyen como un todo, sin los chirridos de otros títulos tal vez mucho más hardcore pero donde alguna de las partes destaca sobre el conjunto.
¿Merecía Wipeout sobrevivir más allá de su momento de gloria? Sí, aun quedando clavado en el tiempo debido a su unión con una música y un estilo, Wipeout era un juego de carreras puro y sin concesiones para el novato. Wipeout te pedía entrenamiento, paciencia y resistencia, pero te recompensaba con la primera aproximación seria a la alta velocidad virtual. Y con diversión, que a fin de cuentas es lo importante. Tarde o temprano la historia tenía que continuar, aunque ya no fuese la comidilla en los círculos gafapastosos, así apareció Wipeout 2097 (XL fuera de Europa), el mejor Wipeout de la saga. Y después vinieron Wip3out y la cosa esa para PS2. Ahora nos va a llegar Wipeout Pure en la flamante PSP, pero Wipeout ya no es hype, simplemente es el fondo de catálogo de Sony.
Pengo-nota: 7’5, uno de esos escasos títulos por los que es razonable tener una PSX.
Nota: Algunos Centro Gay tienen el Wipeout 2097 de PC a 1’95. En los ordenadores por encima de un 500 va muy rápido y hay que usar el modo compatibilidad si tienes XP o 2000, pero es un chollo por ese precio. Este consejo se merece un voto, hoy por ti mañana por mi.
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