Tres meses de adicción, cinco de mono y seis de retirada lenta e inexorable. ¿Mi historial como cocainómano? Ojala, ese es el tiempo que dediqué a la parte más peligrosa del videojuego, el juego online en mundos persistentes. Y es que como todo, hasta que no te metes en el mundillo no sabes que es lo que se cuece. La primera dosis es gratis, como así fue mi primer servidor de UO, Reinos Iberos. Reinos era un server montado más con amor que con medios, de los primeros, si no el primero, que se valía de un emulador en España para dejarnos probar una ínfima parte de la experiencia que supone jugar en un servidor oficial. Allí pasé tres meses con una media de 250 jugadores intercambiando historias, peleas, emboscadas, quejas y viviendo única y exclusivamente para el juego. Por la mañana me levantaba pensando en que podría comprar con el dinero que había obtenido en la última dungeon, por la tarde no veia la hora de llegar a casa y conectar el modem para jugar y por la noche estaba hasta las cinco o las seis dandole al ratón para subir 0.3 décimas más de carpintería.
Una puta vida virtual que te absorbe, donde conoces nueva gente, donde el orden social no se corresponde al del mundo donde vives, donde hasta el lenguaje es diferentes y términos como newbie, port ort grav, vendor buy, potis, vanquishin o iron pasan a formar parte de tu bagaje cultural. Así te encuentras un día en una cabina de teléfonos preguntando cual es el prefijo de Brit, diciendole al primer chucho que se acerca I always wanted a perrito like you y cosas similares. Yo tuve suerte y el server murió, con lo que tras un penoso peregrinar por infraservidores y juegos de mucho menos empaque pude superar la adicción y volver a jugar a juegos offline y con un solo jugador. Pero tarde o temprano la tentación vuelve a llamar. Empiezas con unas partiditas de Phantasy Star Online, luego necesitas algo más de profundidad y te vas a un Ragnarok, que si esto, que si aquello y acabas de nuevo en el Ultima, talando árboles y matando ratas para subir de nivel. Eres un puto yonki y te gusta.
Afortunadamente ya estoy curado. Hace poco empecé con «Dark Age of Camelot» y la cosa ya no era la misma, demasiado complejo para mi. Ahora muchos me insisten para que pruebe el «World of Warcraft» pero yo soy hombre de una sola mujer, o en este caso de un solo juego. Desgraciadamente Richard vuelve con «Tabula Rasa». Sabes que te odio, lo nuestro es imposible, no funcionará. Pero siempre nos quedará Trinsic.
Por si alguien quiere adentrarse en el submundo UO nada mejor que I am a newbie. Si entiendes las historias ya estás casi dentro.
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