Madre no hay más que una

Un gamer, por tradición/mito, es un ser antisocial, pero todos sabemos que eso es mentira. Un gamer-online sí es antisocial. Bueno, antisocial con las personas que tiene a su alrededor durante sus partidas, principalmente familiares o parejas sexuales (si fueran sentimentales comprenderían el sentimiento de «estoy-jugando-pirate» y no se molestarían). Pero es que no les falta razón. Imaginad la situación.

Battlefield 2, servidor con clasificación, mapa de Zatar Wetlands. La puntuación está igualada, ambos bandos están peleando por una posición estratégica de la zona oeste. Si los marines consiguen mantener la posición de una vez la victoria está asegurada ya que obligarían considerablemente a retroceder a la coalición árabe. Los arabes necesitan recuperar la bandera para plantar una pica en el area americana y cortar la comunicación de la bandera del centro del mapa. Mientras esto ocurre un lobo solitario decide coger un buggie y lanzarse rápidamente sobre una desprotegida bandera de la zona árabe. Si la consigue capturar el golpe de efecto sería mayúsculo ya que los árabes quedarían confinados en su posición de partida. Pero la misión va a ser difícil y no puede contar con la ayuda de sus compañeros.

Atravesando rios y colinas al fin llego al punto deseado. Un primer vistazo parece indicar que no hay nadie, pero una segunda mirada confirma que no estoy solo, al otro lado del camino hay una tanqueta ligera anfibia. La situación es complicada pero no imposible, afortunadamente en estos pantalones llevo cuatro cargas de C4 listas para ser usadas. La primera idea es neutralizar la bandera antes de que descubra mi posición, con lo que al menos habré conseguido que no pueda aparecer ningún refuerzo inesperado, pero desgraciadamente el enemigo me ha visto y viene a por mi. Decido plantar un par de regalitos junto a la bandera y cuando ve mis movimientos frena en seco. Ahora las cosas están igualadas. La bandera sigue siendo suya, pero no puede acercarse ya que le volaría en pedazitos, además la zona es muy estrecha y yo a pie puedo ponerme a su espalda y colocar un paquete de C4 entre sus «Antonio abreme la puerta» «Sí ya voy» ruedas al mínimo descuido. Por mi parte yo no puedo acercarme a la bandera, ya que un par de ráfagas de su cañón me convertirían en comida para gatos en menos que se dice «REZ», ni puedo hacerle frente, ya que a poco que me controle será imposible ganarle la espalda. Huir no es una opción.

La tensión se masca en el ambiente. Nos sopesamos y entonces «Oye que no puedo bajar esto» «Ya voooooy» el destino decide ponerme las cosas a favor. De la nada se materializa entre unas casas otra tanqueta ligera. Corro hacia ella y nos enfrentamos. Intercambio de ráfagas, cañones al rojo. Al final nos retiramos. La tensión sigue en aumento. ¿Que tipo de soldado tendrá? El ya sabe que yo soy de las fuerzas especiales, ha visto mi C4, pero yo no se que es el. Si es un ingeniero no se atreverá a salir, mi rifle es mucho más rápido y preciso que su escopeta. En cambio un soldado de asalto u otra fuerza especial podría jugarselo a cara o cruz, pero yo podría aprovechar para regresar a la tanqueta, destruir la suya y dejarle en bragas. Es necesario un movimiento sutil y desequilibrante, una chispa de genio. «¿Qué leches haces? Ven a abrirme» «¡Un segundo!» Ya está, plantaré C4 junto a mi tanqueta y le atraeré. Si se acerca la explosión de mi tanqueta acabará con la suya y la bandera será mia. Mwahahahah. Y así lo hago.

«Ya voy a abrir. Hala ya está, ahora vuelvo a ayudarte, corre pasa, mierda, mierda, mierdaaaa ¡NOOOOoooo…!» El atronador sonido que sale de los altavoces y el temblor que produce el subwoofer en el armario ya han avisado a mi mente de lo que acaba de ocurrir. El astuto árabe ha aprovechado mi momento de inmovilidad para machacar la tanqueta desde lejos y entonces yo, el C4 y la tanqueta nos hemos ido un poco más cerca de Diox. Exactamente como unos 20 metros en vertical al explotar esta en todos mis morros. Cuando llego aun me da tiempo de ver como mi avatar se parte el cuello al caer contra el suelo tras el tremendo cebollazo. «Tienes 15 segundos para llamar a un médico»…

¿Usted le diría a un Tedax la lista de la compra mientras este está trabajando? ¿Molestaría a un futbolista a punto de lanzar el penalti definitivo en un mundial? ¿Le comentaría a un cirujano que se está acostando con su esposa en plena operación a vida o muerte? ¿Qué pasa con los gamers? ¿Es que nadie ve que nuestra profesión también requiere concentración? Momento épico ATPC*. Ya no se respeta ni lo más sagrao

*ATPC: A Tomar Por Culo.


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