Fantástica sensación la de poder volver a coger algo de ritmo con la web y el mundo en general. No es que mi carga de trabajo haya descendido, simplemente me coinciden algo mejor los horarios como para, al menos, teneros al tanto de las cosas que se me van pasando por la cabeza. Afortunadamente lo de hoy no se me ha pasado por la cabeza (imaginad lo doloroso que debe ser una caja de DS entre ceja y ceja) si no por las manos. Manos ágiles y precisas gracias a las intensas sesiones de sutura que me he propiciado en la DS estas últimas semanas. ¿El MIR? Para turistas.
Trauma Center: Under The Knife
Desarrollador: Atlus
Plataforma: Nintendo DS
Año: 2005 – 2006
He de reconocer que cuando me comentaron la aparición de un juego de médicos para DS lo primero que me vino a la mente fueron las capacidades táctiles de la consola y aquellas lejanas tardes de juventud en lugares de difícil acceso acompañado de representantes del sexo femenino. Cuando ya oí el titulo europeo me quedé un poco mosqueado, pero conociendo las aficiones de los japoneses y siendo un hombre abierto a nuevas experiencias no tenía porqué desconfiar. Además, Nintendo prometía juegos para todas las edades y tal vez había llegado el momento de que lo hicieran realidad.
Pero no, «Trauma Center» resulta que es un juego de médicos de verdad. Y no tocólogos precisamente, si no cirujanos. Con las ideas de sexo, sadomasoquismo y sumisión escapando hacia otros lares al menos quedaba el gore. Sí, eso es, debe ser un juego gore. Nadie puede dedicarse a hacer un juego que no incluya violencia o algún tipo de depravación. Nada, que no hay manera, esto es casi educativo. ¿Así de que va a vivir la prensa sensacionalista?
Chorradas aparte «Trauma Center» une dos elementos clásicos dentro de los videojuegos de factura japonesa: una historia sobreactuada llena de giros argumentales y una situación aparentemente tediosa y cotidiana que resulta ser jodidamente emocionante. Nuestro papel en la historia es el de joven novato de cirujía enfrentado a situaciones que le superan y donde la vida del paciente pende de un hilo. No, original precisamente no es el argumento, pero hay que ver con que facilidad te quedas enganchado a la historia y quieres superar una nueva operación para descubrir que pasa con tu ayudante o el director del hospital.
Claro que esto no es un juego de rol (¿o sí?) y el objetivo principal es llevar a buen puerto las diferentes operaciones quirúrgicas. Y si hay en la sala algún defensor de que los videojuegos no pueden servir de herramienta de aprendizaje está tardando en probar «Trauma Center» y dejarse de tonterías. No quiero decir que este sea un juego realista ni que por habértelo pasado repetidas veces puedas hacer una operación a corazón abierto, pero cuando llevas unas horas jugando te das cuenta de lo bien engrasada que está la mecánica del juego y de como has asimilado las reglas del juego sin ninguna dificultad. Te descubres a ti mismo diagnosticando patologías y aplicando el remedio más conveniente a través de unas premisas lógicas. Los creadores te han dado unas herramientas pero has sido tu quien ha aprendido a hacerlas funcionar ante situaciones indefinidas. Y Entonces una sensación casi olvidada te recorre todo el cuerpo. Se trata de la satisfacción de superar un reto basándote en tus conocimientos.
Y aquí es donde empiezas a notar que no estás ante un juego en el que tu personaje va obteniendo nuevas habilidades, si no que eres tú quien realmente está obteniendo más agilidad o más conocimiento. La unión juego-jugador es profunda y no se ve alterada de forma artificial, no existe un Doctor Stiles con superpoderes y +3 al dominio del escalpelo, si no un jugador que ha mejorado sus capacidades. «Trauma Center» es un juego muy puro y así es la diversión que obtenemos de él, siempre que consideremos las superación como un divertimento.
Pengo-nota: 8
PD: Los verdaderos maestros juegan con un puntero en cada mano.
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