Monto un circo y me crecen los enanos. Cual selección española, cuando vamos embalados hacia un éxito absoluto (bueno, al menos hacia la posibilidad de completar un reto como es esta maratón futbolera) se va todo al carajo. Lo primero es culpa mía ya que en un alarde de mantener el sistema de la web siempre a la última estaba instalando la nueva versión del SPHPBlog con tan mala suerte que machaqué los directorios que no tocaban. Afortunadamente uno es precavido y tiene siempre una copia de seguridad a mano, pero entonces es cuando casca mi ordenador, con copia de seguridad dentro. Desmonta, cambia de PC, saca los datos, vuelve a montar, vamos lo habitual. Esa ha sido la razón de que hayamos tenido que interrumpir la programación.
Ahora además Nae se me va a los Madriles. Pues vale, aguantaremos el tipo, sacaremos esto adelante y aunque se nos pasen las fechas mundialistas comentaremos todos los juegos de fútbol que nos apetezcan. Hoy de momento continuemos por donde nos quedamos: el juego que hizo famoso a Dino Dini.
Kick Off
Desarrollador: Anco
Plataforma: Amiga
Año: 1989
Tema peliagudo este. Hay rivalidades que se llevan en la sangre y donde has de posicionarte: Carne o pescado. Playa o montaña. Sega o Nintendo. «Kick Off» o «Sensible Soccer». Yo, para dejarlo claro, he disfrutado de ambos títulos pero soy de Sensi. Las razones las expondré otro día ya que no es hoy cuando corresponde, hoy toca hablar del otro, un juego creado por un cantante y que movió algo en el mundo del fútbol virtual. Dino Dini, la cabeza pensante detrás de este clásico, llegó a el por pura casualidad. Le encargaron que hiciese un juego de fútbol y como buen profesional él hizo uno, además uno bastante bueno, «Kick Off». Y eso sin gustarle demasiado el deporte del balón. La verdad es que este éxito no le sirvió para mucho ya que acabó trabajando para gente como 3DO o THQ y hoy en día da conciertos con su banda de desarrapados. Si se los encuentran en su pub inglés de confianza tal vez puedan contratarlos.
En cuanto al juego en si las características definitorias del título eran su vista cenital, su endiablada velocidad y la pelota que, por primera vez, no iba pegada al píe del jugador. En conjunto, viendo el resto de juegos de la época, «Kick Off» supuso un paso adelante en la evolución de los juegos de fútbol para dejarlos entre el arcade y el realismo, aunque fuera un realismo mal entendido. Porque si algo me ha chocado cada vez que he jugado a «Kick Off» es su salvaje curva de dificultad debido a lo incontrolable de su desarrollo. En comprensible que en una época donde era complicado escudarse en la tecnología gráfica y con algo tan encorsetado como es un deporte hubiese que tirar de imaginación pero en mi opinión los supuestos méritos de «Kick Off» son sus verdaderos lastres.
Primero la vista cenital. El invento no es malo, es más otros juegos la incorporan con bastante éxito, pero en «Kick Off» la cantidad de campo que queda bajo nuestro control es excesivamente pequeña dificultando el juego táctico y haciendo al jugador totalmente dependiente de un sistema de radar. Luego esta lo del balón, para algunos una idea brillante, para mi un crimen contra la jugabilidad. La verdad es que ambas afirmaciones no son excluyentes, un balón que no se quedaba totalmente pegado al píe daría mucho juego cuando títulos posteriores pulieran su implementación, pero en «Kick Off» muchas veces acabas olvidando la idea de realizar jugadas por el simple hecho de que estás más preocupado por que la pelota se quede un momento a tu alcance. Las primeras veinte horas de «Kick Off» te las pasas peleando con los controles. Las siguientes veinte acostumbrándote a su velocidad.
Un juego rápido y difícil de controlar es frustrante ergo «Kick Off» es frustrante igual que lo puede ser «Wipeout». Y como al juego de Psygnosis a este hay que reconocerle que los que llegan a dominarlo dan verdaderos espectáculos. «Kick Off» es bonito de ver jugar a la par que emocionante, pero hay que tener nervios de acero para jugarlo bien. Hace 15 años los tenía, hoy en día ya no puedo con experiencias que me exigen un precio tan alto con una recompensa tan relativamente escasa. Con la perspectiva del tiempo uno acaba comprendiendo que «Kick Off» era un juego trampolín del que muchos beberían y superarían con creces, haciendo prescindible al maestro en cualquier otro trabajo que no fuese el de referencia. So Long, and Thanks for all the Fish.
Pengo-nota: 5. Evidentemente ya no es lo que era.
Nae-Nota: 6
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