Todas las navidades, junto con el turrón, los belenes y demás productos navideños salen los ya tradicionales estudios de asociaciones defensoras del menor acerca de los videojuegos. Hasta ahora la verdad es que ya todos sabíamos por donde iban a ir los tiros: Los videojuegos son la encarnación de satán, salvad a vuestros hijos. Afortunadamente las tradiciones nunca mueren y Amnistía Internacional nos traen un maravilloso estudio con ese sabor a rancio sin el que ya no podríamos vivir. Funs en Portal Game Blogger le hace el siempre merecido comentario. Lo raro es que algo empieza a cambiar, hace tiempo que van apareciendo estudios que ven a los videojuegos como algo con características positivas, e incluso la vieja guardia está flaqueando. Protegeles.com, tradicionales defensores del alarmismo, se están moderando, peor están empezando a hacer cosas con sentido aunque aun tengan sus momentos. Lease a Kedume sobre el asunto.
A mi lo que me ha impactado es que uno de estos estudios, aparte de conseguir publicidad negativa en la televisión, ha servido para que se publique una guía bastante seria sobre la calificación por edades orientada al grupo que más debe interesarse por este tema: los padres. La susodicha guía, aparte de las conclusiones del estudio de protégeles, incluye una buena lista de análisis de algunos de los juegos más populares que cualquiera puede encontrar en las tiendas. Y lo más interesante, comenta la adecuación de su calificación Pegi con su contenido, resultando que el sistema no va tan mal como parece. Exceptuando unos cuantos casos (como ya me comentó Nae «Need for Speed» es bastante chocante que sea para 3+) la autorregulación de la industria es correcta, con lo que ahora la pelota está en el tejado de los padres. Parece ser que al fin nos dan la razón y se dan cuenta de que el videojuego no es malo, lo malo es no saber lo que se juega.
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