Una de las preguntas que más discusión puede causar a lo largo y ancho del mundo de los videojuegos es la de ¿cúal es el mejor mando de la historia? Sentimentales ochenteros, fans del arcade, amigos del PC, Playesteros, ninguno se puede poner de acuerdo acerca de cual es el mejor método para interactuar con un juego. Evidentemente la discusión es esteril ya que cada juego se lleva mejor con un sistema u otro pero quién soy yo para zanjar una fuente de diversión como esta. Mi granito de arena es que los sticks analógicos fueron el principio del fin.
Vale, sí, hay joysticks analógicos casi desde los inicios, pero en su época todo el mundo sabía para que servían, para jugar a simuladores de vuelo y punto. Ahora no hay manera, parece que sin un pad no incluye al menos un analógico no es digno de ser adquirido, ahora lo que se lleva es imitar el Dualshock de Sony. Será que me hago viejo, pero ver tres sticks y tropotocientos botones me descoloca un poco, uno se ha criado con la simplicidad de la Atari 2600 y la Master System, además de perderse la época de las 32 bits, con lo que no entiendo porque ahora todo el mundo ha decidido que enchufar un mando de PS2 al PC es la caña.
En mi opinión el pad alcanzó su mayor momento de gloria con la Saturn. El mando de Saturn fue la culminación de una obra comenzada con la NES, el santo grial del control, un mando que, aumentando el número de botones, fuera sencillo e intuitivo. Sega se basó en su mejor modelo hasta la fecha, el pad de 6 botones para Megadrive, e incluyó la gran idea de Nintendo, los botones superiores. Pero no se quedó ahí, dotó al mando de algo que no habian hecho antes otras compañías, hizo único cada botón. La Saturn, en vez de un dibujo plano decoró sus botones con troquelados, consiguiendo más adherencia y más posibilidades de reconocerlos por el tacto, pero además resulta que los botones superiores sonaban diferentes del resto. Un pad puramente intuitivo.
Por desgracia la hecatombe estaba a la vuelta de la esquina. N64 era el nombre de la bestia y Mario64 su profeta. Todos mirabamos asombrados el juego del fontanero sin darnos apenas cuenta del dolor que poco a poco se iba acumulando en nuestras manos, pero claro, 50 o 60 estrellas más tarde los tendones empezaban a decir basta. Posición incomoda y más peso, una combinación horrible. Pero claro, las 3D ya habían llegado y aunque se pudiesen jugar con digital la gente quería analógico. Así Sony sacó el DualShock y apañó un poco la cosa pero los stick seguían estando en un lugar poco natural y el tener dos botones arriba no ayudaba. Con la Xbox llegó el escandalo, no solo el mando pesaba un quintal si no que la disposición de los botones era horrible. Ahora la «nueva generación» está a la vuelta de la esquina. ¿Con qué nos sorprenderán? ¿Superarán aberraciones como los mandos de 5200 o Jaguar? ¿Volverá el guante de NES? Solo el tiempo lo dirá.
Ah, todo esto es porque me he comprado el pad 15 aniversario de Street Fighter y está de puta madre. Compra obligada para los fans de la lucha, el futbol y los shooters 2D. Acompañado de adaptador PS2-lo-que-sea aun mejor.
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