Tehkan World Cup: O rei arcade

Puedo afirmar que me congratula la victoria de España en su debut mundialista, aunque no haya tenido la suerte de ver el partido, por la inyección de moral que supone que la selección no empiece perdiendo. Pero ya veis, sin haber visto ni oido el encuentro (cosas del trabajo) poco más os puedo decir así que lo mejor será centrarme en contaros mi primera experiencia en esto del fútbol videoelectrónico.

Tehkan World Cup

Desarrollador: Tehkan
Plataforma: Recreativa
Año: 1985

Muy posiblemente cualquiera de los que ahora son mayores de edad habrá visto alguna vez esta recreativa: una mesa bajita con pantalla en el medio, un trackball en vez de joystick, quemaduras de cigarrillos y circulos indicativos de que lo mismo servía para echar unas partidas que para apoyar el cubata. Posiblemente lo de los cubatas fuera la causa de que las máquinas de tipo cocktail pasaran a mejor vida pero eso será otra historia. Como decía muchos la habreis visto, pero lo más importante es haberla oido, porque «Tehkan World Cup» se colaba a través de nuestras orejas gracias a una melodía que se quedaba pegada a tus neuronas y nunca más podías olvidar.

Una vez habías sido atraido por la melodía te encontrabas ante la gran recreativa de fútbol de los 80. Vista cenital, jugadores cabezones, pelota de playa y ese clásico que serían los enfrentamientos red vs blue eran todas las credenciales visuales del juego. Las jugables una velocidad endiablada y la técnica del camello: las primeras pantallas son gratis, pero si quieres ver el final vas a sudar monedas de cinco duros. Y es que «Tehkan World Cup» era una alegría de «sweet spots» desde donde el balón entraba indefectiblemente en la portería contraria, con lo que las primeras rondas rápidamente eran conquistadas con resultados dignos de un España – Malta. Pero entonces llegabas al quinto partido y comenzabas a soltar improperios a la madre que parió el trackball y al tío que no pensó en poner un segundo botón para pasar (sí, solo había un botón). Tu te dejabas la mano haciendo regates que harían feliz a tu traumatólogo y los rivales te perseguían cual grupo de oyentes de los 40 ante su idolo moja-bragas favorito. Aquello no era fútbol, pero ya podían darle por saco al realismo que tú te lo estabas pasando en grande.

Porque «Tehkan World Cup» no se basaba en el fútbol, si no en la simple idea de que había que meter un balón dentro de un rectángulo fuera como fuese. Sin faltas, sin fueras de juego y sin grandes pases pero con tiros a velocidad estratosférica, remates de cabeza alucinantes, diversión a capazos y la sempriterna melodía saliendo de los altavoces. Era imposible no volver a por más aun sabiendo que no ibamos a ver nuevos equipos ni elaboradas jugadas de estrategia, si no el amargo sabor de la derrota o los néctares de la victoria.

Y así durante 5 años hasta que Tehkan se transformó en Tecmo y nos ofreció otro clásico del fútbol arcade. Pero es una historia para otro día.

Pengo-nota: 8


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