Por segunda semana consecutiva los señores de Apogee se quedan sin protagonizar esta sección a la que intento llegar con todas mis fuerzas, básicamente para demostrarme que puedo mantener un mínimo de seriedad en cuanto a periodicidad. Como decía, que Apogee no protagonizará esta sección como tenía planeado si no que haciendo caso al público (sí, estos posts no son los más comentados, pero nadie dijo que la cultura fuera para las masas) los protagonistas de esta semana son Westone, un ejemplo claro de «Una compañía – un juego» y también un ejemplo claro de lo jodidamente complicado que es encontrar información sobre una pequeña compañía japonesa pre boom consolero de los 90. Sobre todo si de japonés no se sabe más allá de «Segasatan Shiro!», pero si a un lector de barrapunto nunca le ha importado desconocer un tema para opinar qué me impide a mi no encontrar nada destacable de Westone para hablar sobre ellos. Así que lo dicho, señoras y señores: Westone.
La fuerza del destino
En mayo de 1986, allá por la tierra del sol naciente y los pasteles de judías, nace Westone, compañía que pasaría a los anales de la historia por una gran saga de juegos: Wonderboy/Monster World. Y como cualquiera correctamente empapado en la cultura seguera sabrá Wonderboy y Master System son uña y carne, lo cual no deja de tener su aquel ya que Westone nació a partir de Escape, compañía formada por ex-trabajadores cansados de trabajar para Sega. Cosas del destino.
El primer juego de Westone, todavía como Escape pero ya asociada con Sega, fue «Wonderboy», un juego con reminiscencias a «Super Mario» en el que llevabamos a Tom-Tom, el famoso skater prehistórico lanza hachas. La primera versión fue para arcade, pero el lanzamiento en Master System no se hizo esperar con lo que la 8 bits de Sega ya contaba en 1986 con un juego capaz de humillar nintenderos. Claro que el cachondeo acababa de empezar.
Mis dobles, mi mujer y yo
Y es que el tema de licencias, dobles compañías, presiones monopolísticas y demás tretas que consideramos completamente actuales, alcanzo sus momentos de gloria allá en los 80. Vamos, eso del juego limpio no casaba con las compañías (y sigue sin hacerlo) con lo que los requisitos draconianos y las situaciones estúpidas estaban a la orden del día. En este caso la situación fue la siguiente: Westone publica el juego en arcades con Sega. A Sega le gusta el juego y lo saca en Master System. Westone crea una versión para Famicon que a la postre era la dueña y señora del mercado, pero las normas de publicación de Nintendo impiden que el juego se pueda comercializar. Westone decide venderle el juego a Hudson Soft, los cuales le dan una manita de pintura y lo colocan como Adventure Island. Al final Sega se queda con los derechos del nombre Wonderboy y la posibilidad de editar juegos de la saga en sus sistemas y recreativas. Hudson se queda con los derechos para el resto de sistemas (aunque Sega licenció el juego para ordenadores 8 bits). Los Nintenderos proclaman que «Wonderboy» es una copia de «Adventure Island». El niño Jesús llora y Diox mata un gatito.
Total que tenemos «Wonderboy» de Westone, «Wonderboy» de Sega y «Adventure Island» de Hudson que son el mismo juego pero con diferentes desarrolladores. ¿Confuso? Pues eso que aun no hemos empezado con la ensalada de nombres de la saga.
Los amigos de mis amigas son mis amigos
«Wonderboy» funcionó bien. No es que fuera el megahit definitivo pero fue un juego carismático, con lo que Westone pudo probar suerte de nuevo y le salió «Wonderboy in Monster Land» un juego de plataformas con rol o una aventura de acción, cada uno que opine lo que quiera. El cambio respecto al original era total y de un simple arcade pasamos a un juego que empieza a tontear con el rol pero sin perder su componente de acción, pero lo que no cambia es lo de meterse en el lio, ahora la clave era Monster World y Hudson por no meterse en lo de Wonderboy y las diferencias con «Adventure Island» lo llama «Bikkiruman World» y arreglado. Así llegamos a la tercera entrega: «Wonderboy III: Monster Lair», que ahora resulta que es un shooter. Está claro que el prota es wonder porque hace de todo, lo mismo le da ir en plan prehistórico, que en pañales que encima de un pájaro tirando rayos. Pero cuando por fin llega a Awesomeboy es con la siguiente entrega, la primera en exclusiva para consolas, «Wonderboy 3 The dragon’s trap» alias «Dragon’s Curse» alias «Monster World 2» alias «Adventure Island no-se-que (mi japo no da para traducirlo)». Casi tantos personajes como nombres y un fantástico diseño le hacen merecedor de un lugar en el Valhalla de los videojuegos. Cualquier jugador de «Wonderboy 3» podía humillar a un nintendero comparando su joyita con el «Link’s awakening» y eso valía su peso en oro.
Después de este juegazo Sega y Westone renegociaron su acuerdo de forma que ahora la marca Wonderboy pertenecía a Westone pero Sega podía diseñar sus propios juegos de la franquicia para Megadrive, mientras Hudson conservaba los derechos para «Adventure Island». El resultado fueron el magistral «Wonderboy in Monster World» y el desconocido fuera de Japón «Monster World IV», quedando la cosa en seis entregas con la siguiente cronología:
– Wonderboy/Super Wonderboy/Adventure Island/Revenge of Drancon
– Wonderboy in Monster Land/Super Wonderboy in Monster Land/Bikkiruman World
– Wonderboy III Monster Lair/Monster Lair
– Wonderboy III the Dragon’s Trap/Monster World II/Adventure Island/Dragon’s Curse
– Wonderboy V Monster World III/Wonderboy in Monster World/The Dynastic Heroe
– Monster World IV
Vamos, más alias que un narco colombiano.
No solo de pan vive el hombre
¿Y aparte de Wonderboy qué? Pues la verdad es que poco, muy poco. En su haber cuentan con «Aurail», una shooter que mezcla 2D clásicas con zonas en primera persona, «Riot City», un beat’em up de toda la vida muy en la linea de «Streets of Rage», «Dungeon Explorer», clon descarado del «Gaunlet», y por último «Dark Half», un RPG creado para Enix que publicaron en 1996. A partir de ahí se pierde la pista de la compañía, la cual pasa por una reestructuración y se orienta al mercado del móvil donde vive de las rentas de su gran éxito. Triste final para una compañía que dio tantas y tantas horas de diversión a los segueros del lugar.
Trivia
Algunos de los más famosos hacks de TecToy en Brasil fueron las conversiones de juegos de la saga en versiones protagonizadas por Mónica, un personaje de dibujos brasileño. Así «Wonderboy in Monster Land» se transformó en «Mónica no Castelo do Dragao», «Wonderboy III The Dragon’s Trap» en «Turma da Mónica em o rescate» y «Wonderboy in Monster World» en «Turma da Mónica na Terra dos Mostros».
Jaleco también metió cuchara en el mundo Wonderboy con un clon no licenciado al que llamó «Saiyuuki World». El juego salió para Famicom y cuenta la leyenda de Goku. Su diseño en ciertas fases del juego es calcado al de «Wonderboy in Monster Land».
Bibliografía
Wonderboy: The Legendary Site
The Wonderboy Adventures
Foro NTSC-UK
Arcade History: Naoki Hoshizaki
Moby Games: Dark Half
Hardcore Gaming 101: Wonderboy
Genesis Project: Dungeon Explorer
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